miércoles, 10 de mayo de 2017

YO TE LO EXPLICO: Incapacidad de recolección de vello propio (o ajeno) en hombres

Hoy en la sección "Yo te lo explico", tu sección biologicista preferida.

𝗜𝗡𝗖𝗔𝗣𝗔𝗖𝗜𝗗𝗔𝗗 𝗗𝗘 𝗥𝗘𝗖𝗢𝗟𝗘𝗖𝗖𝗜Ó𝗡 𝗗𝗘 𝗩𝗘𝗟𝗟𝗢 𝗣𝗥𝗢𝗣𝗜𝗢 (𝗢 𝗔𝗝𝗘𝗡𝗢) 𝗘𝗡 𝗛𝗢𝗠𝗕𝗥𝗘𝗦 (sátira)


El otro día una seguidora nos recordó el fascinante estudio de Rulley – Hustins de 1971 de por qué tantos hombres no limpian sus pelos de la barba del baño después de habérsela recortado.

Merece la pena detenernos un momento en la simpática anécdota que los condujo a este estudio. Fue en una cena, en la que la mujer de Rulley vino del baño con muestras del vello facial de su marido. La mujer de Hustins, la bella Alison, coincidió con la de Rulley (que no merece ser nombrada porque no era bella) en que era un problema persistente en su casa. Sin embargo, tanto Rulley como Hustins, a pesar de conocer este hecho y la frustración que generaba, no hacían nada por cambiarlo. Era obvio, pues, que debía tener alguna explicación evolutiva detrás (
𝘚𝘰𝘺 𝘭𝘢 𝘮𝘶𝘫𝘦𝘳 𝘥𝘦 𝘙𝘶𝘭𝘭𝘦𝘺 𝘺 𝘯𝘰 𝘭𝘦 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘰 𝘢 𝘯𝘢𝘥𝘪𝘦: 𝘮𝘪𝘴 𝘮𝘦𝘮𝘰𝘳𝘪𝘢𝘴, Rulley, 1983).

Así, su riguroso y amplio estudio con muestras de la sangre de dos hombres (los mismos Rulley y Hustins) comparada con muestras de dos mujeres (Alison y la mujer de Rulley) apunta a que las diferencias hormonales son demasiado significativas como para no tenerlas en cuenta: los hombres tenían mayor testosterona en sangre que las mujeres (1971).

De ahí que concluyeran que, efectivamente, era la testosterona la que de alguna forma impedía a los hombres recoger sus restos de vello facial del baño (Rulley-Hustins, 1971).

Atkinson, más adelante, afinará las conclusiones explicando que el hombre tiene el instinto de diseminar su ADN todo lo posible y que estos restos de vello facial podrían ser un subproducto del instinto reproductor en machos (1993).

Recientes investigaciones apuntan a una posible causa de apatía en hombres relacionada con la limpieza, debido a la socialización masculina y a que no parece coincidencia que siempre encuentren “a una mujer que lo limpie por ellos o si no qué más da” (Takahashi, 2011), pero estas investigaciones quedan desmontadas por su sesgo hembrista y porque “un hombre de verdad no se socializa, empuña su arcabuz desde la cuna” (Reverte, 2015).

No te pierdas la próxima explicación biologicista de por-qué-las-mujeres-se-tienen-que-quedar-en-casa-cuidando-de-los-niños-y-el-hogar-porque-es-lo-más-natural-que-hay-y-a-mí-me-viene-muy-bien.

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